¡He vivido antes!

Con la ayuda de las técnicas de regresión es posible recordar sus vidas anteriores. Una empleada de astroplus ha hecho un viaje al pasado y describe a continuación sus experiencias.

La mayoría de las personas en algún momento de su vida han tenido una sensación de déjà-vu, o sea, de reconocer un sitio en el que no han estado nunca o de haber vivido antes un acontecimiento. Este fenómeno es uno de los principales argumentos para la reencarnación, en la que creen sobre todo hindúes y budistas. Pero también aquí hay muchas personas que están convencidas de haber vivido otras vidas. Entre los seguidores de la doctrina de la reencarnación hay muchas personas ilustres y grandes mentes intelectuales y científicas, como por ejemplo, Pitágoras, Platón, Ovidio, Spinoza, Goethe, Schopenhauer, Victor Hugo y Henrik Ibsen.

Junto con las experiencias de déjà-vu y las actividades en estado de trance, durante las que algunas personas son capaces de hablar en distintas lenguas extranjeras, a veces incluso ya extintas, la regresión es un argumento central para la doctrina de la reencarnación. Desde finales del siglo pasado hay numerosos científicos, y entre ellos muchos médicos, que se dedican a investigar el fenómeno de la reencarnación y el renacimiento. La terapia de regresión nos ofrece una oportunidad de acceso a nuestras vidas pasadas y nos ayuda a recordar lecciones valiosas que aprendimos en ellas y que podríamos aplicar a nuestra vida actual para mejorarla. Las técnicas de los terapeutas de regresión pueden ser muy diferentes, pero todos se apoyan en el trance y la hipnosis, para ayudar al paciente a recordar acontecimientos de sus anteriores existencias.

Andrea, una empleada de astroplus, tenía interés por investigar este tema y se sometió a una terapia de regresión. Con ello no sólo deseaba aprender más sobre la reencarnación, sino también resolver una difícil situación familiar, que había complicado su vida desde la niñez. “Tengo un hermano, dos años mayor que yo, con el que me he peleado toda mi vida y que no pierde ninguna oportunidad para causarme problemas.”

Un viaje al pasado

Andrea describe así sus dificultades con su hermano mayor: “Durante toda mi infancia ha disfrutado rompiendo mis juguetes y haciendo desaparecer mis cosas. En el colegio me ignoraba y no quería que nadie supiera que yo era su hermana. Si nos encontrábamos en otro sitio y él estaba con sus amigos, me insultaba y me humillaba. Cuando, por fin, nos hicimos mayores y ya no teníamos que convivir en la misma casa, las peleas y las riñas fueron disminuyendo, pero hasta el día de hoy no nos llevamos muy bien y preferimos no vernos.“

Para averiguar las razones de esta enemistad, Andrea se ha sometido a una terapia de regresión y ha hecho un viaje a sus vidas pasadas. “En estado de trance comencé a ver escenas del pasado de mi vida actual, algunas de ellas eran muy claras y otras un poco confusas y vagas. Regresé mentalmente a los días de mi niñez y volví a sentir el odio y el desprecio de mi hermano. Después me encontraba en una situación completamente diferente, las personas a mi alrededor iban vestidas como en el siglo XIX. Yo tenía aproximadamente 20 años – y era un hombre.”

Lo que inicialmente sorprendió a Andrea, no es excepcional ni extraño, al contrario, es muy probable que en nuestras vidas anteriores tuviéramos sexos diferentes, habláramos otras lenguas y procediéramos de distintos círculos culturales y sociales. Obviamente nuestra apariencia también se diferencia de nuestro aspecto actual e incluso nuestro carácter puede variar mucho de una encarnación a la próxima. El objetivo de la terapia de regresión, sin embargo, no es principalmente mostrarnos quien éramos, sino ayudarnos a comprender las complicadas constelaciones y los lazos emocionales que nos unían a otras personas en el pasado, es decir, a descubrir nuestro karma. El karma se basa en la ley de causa y efecto, de acción y reacción, y es aplicable a través de las distintas existencias de un ser humano. Una persona daña a otra y en la próxima vida la dañada reacciona causando dolor a la primera y así sucesivamente. La situación no cambiará hasta que estas personas sean capaces de reconocer y deshacer la cadena kármica.

Romper la cadena kármica

No tendría ningún sentido conocer los acontecimientos, nuestras relaciones, cualidades y manera de ser en las vidas anteriores, sin utilizar esos conocimientos para mejorar nuestra vida actual. Gracias a la terapia de regresión Andrea ha sido capaz de acercarse poco a poco a esa meta. “Descubrí que en una vida anterior, en la que yo era un hombre, tenía un hermano mayor que estaba muy enamorado de una chica. Aparecieron imágenes en las que yo la besaba y finalmente me encontraba con ella ante un altar y los dos íbamos vestidos de novios. Al parecer me casé con ella y mi hermano sufrió muchísimo a causa de ello…”

Estos recuerdos de su vida anterior han ayudado a Andrea a comprender el odio y el desprecio de su hermano en su vida actual. “Estoy muy contenta de conocer la causa de su comportamiento y ahora entiendo mucho mejor por qué él, sin ser consciente de ello, me desprecia tanto. Va a ser muy difícil para mí hablar con él sobre este tema – pero estoy dispuesta a intentar todo lo posible para que juntos podamos romper la cadena kármica.”

Pero eso no es todo lo que Andrea ha aprendido a través de la regresión terapéutica. Ha descubierto además algo muy importante para su desarrollo personal: “Después de someterme a la terapia de regresión estoy absolutamente convencida de que la reencarnación es un hecho real. Eso para mí significa que la muerte no es el final de nuestra existencia y, por lo tanto, no es necesario temerla.”

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